Pascua, una Oportunidad para la Misión
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El tiempo de Pascual es una oportunidad para Evangelizar, por ser imagen y figura del tiempo de la Iglesia como tiempo de la presencia del Señor resucitado; así pues, el esfuerzo pastoral desplegado con las actividades de cuaresma y pre-pascua, en torno al Triduo Pascual que celebramos en la Semana Santa no debería decaer al iniciar la Cincuentena pascual. Por ello, a través de la gran misión diocesana del Kerigma denominada “Misión Pascual”, con el lema: “Paraguanero en oración: vive la esperanza y comunión”; transmitiremos como peregrinos de esperanza, el mensaje cristiano como una propuesta de la presencia del Señor Jesús en la vida de cada hombre y mujer que lo sabe descubrir, para ir abriendo el corazón hacia el encuentro, la conversión y la aceptación. Se ha escogido para la gran fiesta misionera, el texto bíblico de Lc. 24, 13-35: “Los discípulos de Emaús” para unir los temas como expresión concreta de la pedagogía del Señor en el encuentro comunitario y personal. Lo fundamental, es descubrir la persona de Jesucristo vivo a través de la lectura y profundización de la propia vida; tratando de agrupar a las familias por medio de la celebración, dar testimonio de pertenencia a la Iglesia y restituir progresivamente el uso de la oración litúrgica, iniciando al conjunto de todos los bautizados, partiendo del gozo de celebrar la propia vida, para luego abrirla al encuentro con el Señor presente en ella. Como los de Emaús; también nosotros, discípulos del Señor, vivimos momentos de desolación, fracaso y tristeza, que tantas veces nos hacen ciegos para reconocer al Resucitado que camina a nuestro lado. Pero Aquel que dio su vida por nosotros, lleno ahora de vitalidad sobrenatural y especialmente cercano en su Palabra y en la Eucaristía, nos vuelve a renovar en la alegría y en la comunión para que lo anunciemos como el Camino, la Verdad y la Vida. Que su Espíritu nos aliente, consuele y abra caminos de misión para que estemos dispuestos a seguir con generosidad. A la Virgen María, Nuestra Señora de Coromoto, estrechamente unida a la comunidad que ora y es fortalecida en la misión con los dones del Espíritu Santo (cf. Hch 1, 14), le encomendamos el caminar de nuestra Iglesia diocesana y los frutos de esta Misión Pascual, sabiendo que ella “brilla en nuestro camino como signo de consuelo y de firme esperanza”. Ver más... Itinerario Misión Pascual 2025.pdf |